Mezquita de la Qasba de Rabat

Ŷamaʿ al-Atiq

Población: Rabat
Provincia:
País: Marruecos
Coordenadas geográficas: 34.032028 / -6.836146
Nº inventario: 723


Esta pequeña mezquita situada en la parte más elevada de la Qasba de Rabat, podría ser considerada por su decoración interior como obra moderna. Sin embargo, varios indicios nos apuntan hacia su datación almohade. En primer lugar, el nombre con el que se la conoce, Masŷid al-Atiq o mezquita antigua, está indicando una tradición de que se trataría del oratorio más antiguo de Rabat, lo que permite suponerla como fundación del califa ʿAbd al-Mumin en el momento del establecimiento del ribat en 1150 y la convertiría en una de las más antiguas mezquitas almohades, quizás solo precedida por la de Taza.

Un segundo argumento en favor de su construcción por los almohades estriba en la orientación de su qibla, que se sitúa en 156.5º respecto del norte, similar a la de otras mezquitas construidas de nueva planta por los unitarios. Finalmente, la propia estructura del edificio resulta plenamente acorde con el modelo más característico de estas mezquitas. La típica disposición de naves en T definida por la mayor anchura de la nave axial y la presencia de una nave transversal de ancho similar junto al muro de la qibla permite pensar igualmente que este edificio sea obra almohade.

La planta de la mezquita responde a un edificio de siete naves, de mayor anchura la central, conformadas por arquerías de sólo dos vanos y con sencillos pilares, rectangulares en el centro de los pórticos y en T en los extremos. La nave dispuesta junto al muro de la qibla está dividida en tres tramos por dos arcos transversales que definen el espacio cuadrado delante del mihrab, que se cubre con una armadura sencilla a cuatro aguas con un almizate de muy reducido tamaño. Las dos naves de mayor anchura, la axial y la dispuesta junto al muro de la qibla, tienen armaduras de par y nudillo sin tirantes, mientras en el resto solo son de simples pares sin hilera, nudillos ni tirantes. Resulta difícil asegurar si son antiguas o más probablemente fruto de alguna de las restauraciones sufrida por el edificio, aunque eso no impide pensar que se mantuviera el sistema constructivo original. Los arcos presentan hoy un perfil cercano al medio punto, aunque con un ligerísimo apuntamiento, en algún caso realzado, si bien carecen de la parte ultra-semicircular que caracteriza a los de herradura. Es fácil suponer que esta parte ha podido ser cercenada en alguna de las reformas tardías que ha sufrido la mezquita, ya que al analizar la curvatura de los arcos se aprecian irregularidades que podrían estar debidas a este hecho. Todo incita a pensar que en su forma original serían semejantes a los de otros edificios coetáneos habiendo perdido la nacela de arranque del arco y su parte inferior, quizás por haberse deteriorado o por su eliminación a causa de la escasa altura a la que se debían encontrar y que dificultaría el paso. En los planos de hipótesis que hemos dibujado al prolongar las curvas de las zonas altas de los arcos, partes no alteradas, se obtienen formas totalmente acordes con la supuesta datación del edificio.

El mihrab tiene la forma típica de estos elementos en el occidente islámico como espacio satélite autónomo. El arco que comunica con el interior del nicho tiene una luz ligeramente menor que este, marcando con claridad sus jambas. Su actual cubrición se realiza con una bóveda de paños recubiertos de yesería labrada de factura semejante a la que recubre otras partes de la sala de oración y en especial el frente del mihrab. Todo ello obedece a las obras realizadas poco antes de 2010 y que alteraron profundamente la imagen del espacio interior. A ambos lados del nicho se abren dos puertas, como es habitual en estos edificios. La de la derecha permite la salida de un almimbar móvil que se guarda en un cuarto estrecho y alargado. La del lado izquierdo da paso a una habitación usada por el imán. Sobre los dinteles de ambas puertas descansan los arranques de los arcos transversales de la nave que discurre paralela al muro de la qibla que por tal causa adoptan forma de arcos rebajados, aunque no se puede asegurar que tal fuera su forma primitiva. La parte inferior de todos los muros y pilares de la sala de oración está recubierta de alicatados modernos que también han alterado la forma de los pilares haciendo casi irreconocible su forma primitiva.

Hay constancia de numerosas reformas y actuaciones, algunas muy recientes, que han ido transformando la imagen del edificio, especialmente en su interior, ya que por el exterior son escasas las zonas visibles que aparecen como simples muros ciegos. Al final del periodo meriní sufrió una ruina parcial. Es probable que, tras ello, parte del edifico original fuera ocupado por construcciones vecinas dando lugar a la irregularidad actual de su planta que aparece recortada en su lado noreste. El sultán alauí Sidi Mohammad ibn Abdallah (1757-1790), reconstruyó el edificio de la mano de un renegado inglés de nombre Ahmed al-Inglizi. En la época del protectorado francés fue de nuevo objeto de reparaciones. J. Caillé, a mediados del siglo XX, llego a recoger el testimonio de alguien que conoció la decoración del mihrab previa a su refacción, y que apunta a que se conservaba aún con la decoración primitiva almohade de la que quizás sea un residuo la inscripción cúfica de texto coránico que forma alfiz encuadrando el mihrab, aunque se presente también muy alterada.

La parte más transformada de esta mezquita es sin duda el patio que puede considerarse enteramente rehecho sin seguir las pautas del edificio original, ya que sus arquerías no se alinean con las de la sala de oración. Su forma es rectangular con pórticos en todos sus lados, dándose la anómala solución de haber antepuesto uno de ellos a la primitiva fachada de la sala hacia el patio. La composición de las arquerías de los lados más largos resulta también muy extraña, alternado arcos de mayor luz con otros menores, siendo tres los arcos de los lados cortos y cinco los de los de mayor longitud. A diferencia de la sala de oración, que se cubre con tejados a dos aguas, la cubierta de las galerías del patio adopta la forma de terraza plana, lo que sin duda es reflejo de su factura reciente.

El análisis de los planos que hemos dibujado como hipótesis de cómo pudo ser el edificio original nos muestra un modelo de mezquita plenamente acorde con los otros ejemplos construidos en época almohades, especialmente en los primeros momentos. Dentro de un desarrollo tipológico y dimensional, esta mezquita representaría el modelo más sencillo, al que seguirían, con el aumento del tamaño y la complejidad, las de Tinmall y la Kutubiyya de Marrakech. Abundaría en la idea de una fecha muy temprana para este edifico, aparte de los argumentos ya indicados anteriormente, la simplicidad de la traza y la ausencia generalizada de decoración. También la solución adoptada en la apertura de las puertas para el almimbar y el cuarto del iman, dispuestas debajo del apoyo de los arcos transversales de la nave de la qibla, similar a la usada en las mezquitas almorávides de Tremecén y en la Qarawiyyin de Fez, parece arcaica. Esta solución, bastante contraria a la lógica constructiva, se resolverá posteriormente de manera más adecuada disponiendo dos finos arcos de lambrequines a ambos lados de las jambas de las puertas, como aparecen ya en la primera fase de la mezquita Kutubiyya de Marrakech y en la de Tinmal, y será la adoptada de manera general en la mayoría de las construcciones subsiguientes, no solo almohades sino de etapas posteriores.

La mezquita cuenta con un alminar muy esbelto que sobresale de las edificaciones que se le adosan por todos lados, de las que unas son parte de la mezquita y otras construcciones ajenas a la misma. Lo que resulta ciertamente anómalo es la posición que ocupa, separado del cuerpo principal de la mezquita y en posición muy cercana al mihrab y además ligeramente girado respecto al eje del edificio principal. De hecho, un corredor, hoy cubierto, lo separa de las habitaciones adosadas al muro de la qibla y al resto de la mezquita. Es probable que en sus orígenes ese corredor estuviera a cielo abierto con lo que el alminar quedaría exento y separado del resto de la construcción, solución poco frecuente, siendo mucho menos frecuente aún que esté situado lejos del patio.

La torre tiene planta cuadrada de 4,35 m de lado y adopta la estructura típica de los alminares de tamaño menor. Está toda ella realizada en piedra labrada alternando en su exterior hiladas de escasa altura con otras de mayor tamaño. Un machón central, también cuadrado va siendo rodeado por la escalera que asciende girando en sentido anti horario. Pequeños espacios se disponen dentro de este cuerpo central aligerando su masa. La escalera, a su vez, queda encerrada por el muro perimetral en el que se abren algunos huecos. La escalera asciende sin discontinuidad hasta la terraza, aunque su último tramo lo hace por el eje de la construcción y su desembarco queda cubierto dentro de un segundo cuerpo de menor anchura, rematado con un cupulín. Un antepecho con almenas escalonadas labradas en él sin que lleguen a dejar huecos entre ellas sirve de elemento de seguridad del andén que recorre los cuatro lados entorno al segundo cuerpo de la torre.

La organización de huecos y ornamentación de esta torre resulta muy sobria. La cara sureste es la que presenta un mayor juego de elementos con dos órdenes de huecos. Un recuadro rehundido a modo de alfiz alberga dos arcos sostenido en tres columnas con basas, fustes y capiteles con un cuerpo cilíndrico de ondas y otro prismático con palmas de labra algo tosca sobre los que se colocan impostas con forma de nacela. El perfil de los arcos es de forma parabólica y parece fruto de una reparación bastante torpe. Su fondo es ciego salvo en el centro de la parte inferior en que se abren dos ventanas de arcos mixtilíneos. En el centro de la parte superior del recuadro o alfiz hay una estrecha ventana con arco mixtilíneo. Otros dos huecos similares se disponen junto al borde del recuadro, pero fuera de él. En las otras caras, la decoración resulta aún más reducida. En el lado suroeste hay un hueco dentro de un pequeño recuadro rehundido con un arco de lambrequines que alberga un arco de herradura dentro del que se abre una ventana bastante estrecha.

En la parte superior hay en un lado una estrecha ventana con arquito mixtilíneo y otro hueco menor rectangular. En la cara noroeste, casi a mitad de su altura hay un único hueco con arco de siete lóbulos con alfiz muy desarrollado en altura. Finalmente, la cara noreste tiene el elemento seguramente de ornamentación más delicada. Se trata de un arco angrelado con doble cinta en su frente formando lóbulos alternativos de mayor y menor tamaño que forman además nudos sobre la clave y en los lados, todo dentro de un alfiz. En el fondo ciego del arco se abre una estrecha ventana con arquito mixtilíneo. Otra ventana semejante se dispone en la parte alta de esta cara.

Resulta difícil adscribir la construcción de este alminar a un período concreto pues los elementos que contiene se han usado indistintamente en muchos momentos, tanto del periodo almohade como con posterioridad. Los capiteles con ondas de cinta muy abiertas recuerdan los primeros ejemplos de este tipo de simplificación de la hoja de acanto adoptados ya en época almohade, aunque pueden ser también fruto de una labra de la piedra poco cuidadosa. Los arcos de lambrequines y lobulados forman parte del vocabulario formal arquitectónico desde el siglo XII hasta casi nuestros días. La fábrica de cantería con alternancia de hiladas anchas y estrechas está presente en la Bab al-Kebir de la misma qasba y sería un argumento en favor de fecha temprana, pero no concluyente pues el tipo de piedra utilizado se presta especialmente a realizar este tipo de aparejo y no es descartable su utilización en otras épocas.

 

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Caillé, Jacques, , La Ville de Rabat jusqu'au protectorat français : Histoire et Archéologie, Publications de l'Institut des Hautes-Études Marocaines 44 (Paris : Vanoest, 1949)
  • Villalba Sola, Dolores, La senda de los almohades: arquitectura y patrimonio (Granada: Universidad de Granada, 2015).