Mezquita de la Qasba

Mezquita de al-Mansur

Población: Marrakech
Provincia: Marrakech
País: Marruecos
Coordenadas geográficas: 31.617641 / -7.988861
Nº inventario: 741


La mezquita de la Qaṣba en Marrakech o mezquita de al-Manṣūr (Ŷāmi῾ al-Manṣūr), como también ha sido denominada históricamente en referencia al soberano que la fundó, forma parte del grupo de grandes mezquitas almohades y su diseño fundacional constituye un eslabón intermedio entre las tipologías de la Kutubiyya y la gran mezquita de Rabat (Mezquita de Hassan). No obstante, el diseño original de la mezquita está bastante distorsionado y ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de su historia que le han conferido su forma actual bastante anómala.

Poco después de heredar el mando del imperio, el califa Abū Yūsuf Yaʿqūb al-Manṣūr (1184-1199) emprendió la construcción de la Qaṣba en el año 1185, ocupando para ello un terreno situado al sur de la ciudad de Marrakech. En el sector público de esta nueva Qaṣba se levantó la nueva aljama entre 1185-89, representando así un punto de contacto entre el califa y el pueblo.

La fase almohade inaugural responde a un edificio de once naves, con los esquemas habituales de T y E integrados, presidido por un eje longitudinal bastante desarrollado, con un patio mayor en el sector septentrional y dos patios menores insertos dentro de la extensa sala de oración. Asimismo, las tres qubbas situadas junto al muro de la quibla pudieron ser cubiertas con bóvedas de mocárabes, de las cuales todavía pervive la situada en el extremo occidental. Se trataba de una mezquita con una superficie cubierta mucho mayor que la actual y responde a una organización bastante distinta. En su interior contaría únicamente con tres patios, dos menores que corresponden con los dos patios de la mitad meridional del edificio actual, y un patio mayor que ocuparía la parte septentrional del patio central actual. Todos ellos han estado dotados con fuente-surtidor hasta día de hoy y el mayor además dispone de dos aljibes subterráneos.

El sector meridional, compuesto por la sala de oración y los dos patios menores, cuenta con una nave transversal de gran luz yuxtapuesta al muro de la quibla y una secuencia de naves perpendiculares entre las que se integran los dos patios. La única diferencia con respecto a la mezquita actual sería precisamente la prolongación de las cinco naves centrales con la adición de cuatro tramos hacia el norte.

El sector septentrional quedaría separado del meridional por una arquería que atravesaba el edificio de este a oeste y que en la parte central conformaría el frente meridional del patio. Este sector es de menor superficie y está principalmente ocupado por el patio mayor, que sería de 3 x 5 tramos y con su eje dominante dispuesto de forma perpendicular al longitudinal de la mezquita. Al norte cuenta con un pórtico de una sola crujía, mientras que a este y oeste estaría flanqueado por dos grupos de tres crujías yuxtapuestas.

El esquema en T resalta la nave transversal y la nave central, contando ambas con una anchura mayor al resto; especialmente la transversal, cuyas dimensiones no son habituales (7,28 m frente a 4,77 en la actual Kutubiyya). Como es costumbre en la arquitectura almohade, la nave transversal contaría con un número impar de qubbas que corresponderían con las tres cúpulas actuales, aunque dos de ellas rehechas posteriormente. En cuanto a la nave central, lo más lógico sería pensar en una techumbre de madera continua y sin cúpulas intermedias. Además, este eje longitudinal se prolonga hasta el frente septentrional donde se ubica la puerta principal que antecede a una cuarta qubba cuya actual cubierta de carpintería podría ser fruto de reformas posteriores. El segundo esquema en forma de E añade las dos naves laterales que se prolongan por los lados este y oeste respectivamente. Estas son ligeramente más anchas, aunque no tanto como las dos que conforman el esquema en T.

En cuanto a la composición de las arquerías y su ornamentación, la identificación de varios capiteles almohades de yeso en las columnillas adosadas a algunos pilares de la nave transversal, permite reconocer una particularidad de la obra inicial como es el uso de arcos trasdosados en el interior del edificio y concretamente en dos sectores más distinguidos ornamentalmente que se ubican al sur de los patios menores. El arco inferior fue resuelto con una herradura poco apuntada, mientras que el arco que trasdosa es polilobulado.

En el punto medio de la nave transversal se sitúa el espacio más destacado de la sala, la qubba situada frente al mihrab que resulta de la intersección de las dos naves principales. Esta se conforma a partir de tres grandes arcos y el muro de la quibla en el que se sitúa el vano del mihrab y una prominente portada. No obstante, los dos arcos laterales están torsionados y son muy masivos pudiendo vincularse a las reformas posteriores. La portada del mihrab se complementa con dos vanos laterales que sirven para el almimbar y el vestíbulo del imam, quedando además integrados bajo los arranques de los arcos laterales. En un nivel inferior se dispuso una colección de 12 columnas de mármol que flanquean los vanos y la portada, siendo en su mayoría piezas de acarreo, algunas de origen califal omeya. Sobre este nivel se desarrolla una composición muy elaborada con varios alfices y recursos ornamentales.

El último elemento a resaltar de la sala de oración sería la cúpula de mocárabes occidental, la única de las tres que podría haber sobrevivido, y que presenta varias características que la diferencian de las otra dos, pero a su vez la asemejan a los ejemplos almohades. Entre estos detalles se encuentra el uso de una base rectangular sin frisos de transición, la composición en torno a dos ejes de simetría distintos, la culminación con un triple cupulín, el formato de adaraja sensiblemente más grande, así como el uso de una malla auxiliar de medinas largas y gruesas.

La mezquita se cierra al sur y al este con dos gruesos muros totalmente ciegos salvo por pequeños vanos, mientras que los otros dos frentes, norte y oeste, lindan con el espacio público y recibieron un tratamiento de fachada monumental. Este diseño consistía en una doble membrana con una estrecha crujía intermedia compartimentada en módulos que se abrían hacia el exterior por medio de grandes arcos túmidos trasdosados por arcos más apuntados. Entre estos arcos se integran de manera alterna las puertas de la mezquita, tres en el lado norte y cuatro en el oeste. El sistema seguido para su construcción recurre a muros de tapia para la membrana interna y las compartimentaciones de los módulos. En cambio, la fachada exterior está enteramente construida con una fábrica limpia de ladrillo que resuelve de manera unitaria las dos roscas de arco y las pilastras. En cuanto a las bóvedas de cañón que cubren cada módulo, fueron construidas por medio de una primera bóveda tabicada que funcionó como cimbra perdida y sobre la que se construyó la rosca.

Tratándose de una mezquita de estas características, no podía estar desprovista de un gran alminar, aunque su escala no llegó a competir con la Kutubiyya. En la mezquita de la Qaṣba, la torre se sitúa al exterior del ángulo noroeste del edificio y consta de dos volúmenes. El inferior, de 8,90 m de lado y 29 m de altura, fue construido a base de un muro perimetral exterior y un machón central macizo en torno al cual gira la escalera. Los corredores en los que se desarrolla la escalera están cubiertos con cañones inclinados en las zancas y bóvedas de arista en las mesetas de las esquinas. Por su parte, el volumen superior es de menor tamaño y acoge el último tramo de escalera dispuesto de manera axial. En la parte superior alberga una cámara con parejas de ventanas en cada lado y cubierta con una cúpula gallonada sobre la que se remató la torre con un yāmūr.

Tal y como se puede intuir en la actualidad y en las fotografías históricas, el cuerpo inferior del alminar está construido hasta 9,80 m de altura con rafas encadenadas de ladrillo en las aristas y lienzos de mampostería que fueron regularizados en superficie con encintados blancos. A partir de dicha cota, la torre es enteramente de ladrillo e integra cuadros rehundidos vestidos con una malla de sebka que arranca de tres arcos lobulados. En la parte superior cuenta con un friso de alicatado verde y blanco que consistía en piezas cerámicas clavadas sobre una tablazón de madera. El cuerpo superior cuenta igualmente con decoración en sus cuatro fachadas e integra un friso entre listeles que estuvo decorado originalmente con placas de cerámica epigráfica cúfica en blanco y negro. Las recientes restauraciones han rehecho los elementos decorativos en exceso y subsanado las dos grandes grietas del alzado meridional.

Tras el largo periodo de decaimiento que sufrió Marrakech desde el colapso almohade, en el siglo XVI los saadíes se asentaron de nuevo en ella y el sultán ʿAbd Allāh al-Gālib (1557-1574) emprendió una reforma urbana de la ciudad que también afectó a la Qasba. En lo que respecta a la mezquita de al-Manṣūr, su reforma tuvo especial relevancia después del incidente de una explosión de pólvora que tuvo lugar durante su reinado y que afectó al parecer a la nave transversal junto a la quibla suponiendo graves daños en las cúpulas. Además, este sector de la Qaṣba adquirió especial relevancia para los saadíes, ya que tras el muro de quibla se levantó el conjunto funerario de la dinastía.

Como testimonio de esta intervención se pueden considerar varios elementos situados en la nave transversal junto al muro de la quibla, la redecoración de algunos espacios, y finalmente, la consolidación de su planta con un gran patio central aproximadamente cuadrado en torno al cual se sitúan de manera adyacente otros cuatro patios menores. De ellos, los dos más septentrionales pudieron ser creados en ese momento para potenciar la simetría de la planta. Esta operación supuso la eliminación de una gran parte de las naves, que quizás estaban ya arruinadas, y la disminución considerable de la superficie techada.

La intervención del siglo XVI es evidente en la nave transversal junto a la quibla, donde dos de las cúpulas de mocárabes (central y oriental) pudieron ser rehechas siguiendo la tipología saadí. No obstante, las fuentes escritas solo hablan de la reforma de una sola cúpula, por lo que no se debe descartar que una de ellas sea posterior a ῾Abd Allāh al-Gālib o incluso corresponda al periodo alauí.

En lo que respecta a la ornamentación, el proyecto saadí contempló una redecoración integral de toda la mezquita que, sin embargo, parece que no fue concluida. El repertorio habitual de falsos arcos en las paredes, frisos geométricos, cenefas de ataurique, rosetones y bandas epigráficas reiteradas se extiende por la nave transversal, por la nave lateral occidental y por la nave adyacente a esta. No obstante, entre toda la labor decorativa saadí, resulta notable la intervención en la portada y el nicho del mihrab, donde los artesanos aprovecharon la composición preexistente almohade, pero añadieron un repertorio que seguía los patrones propios de los mihrabs saadíes de Marrakech.

La reforma también se extendió con bastante seguridad a los techos y cubiertas de la mezquita, de tal modo que, entre el diverso conjunto de armaduras, se podrían reconocer como posibles saadíes las ubicadas en la crujía septentrional, la crujía lateral occidental y la nave transversal entre los patios menores, cuyo diseño es similar al de las armaduras de las mezquitas al-Muwāssīn, Bāb Dukkāla y Sīdī Abū al-῾Abbās.

Posteriormente, la mezquita fue objeto de nuevos acondicionamientos durante la época alauí y especialmente durante el reinado del sultán Muhammad III (1757-1790). A este periodo corresponde con bastante seguridad la cúpula de madera situada en la nave central.

Íñigo Almela

Bibliografía:
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