Recinto amurallado de Jerez

Población: Jerez de la Frontera
Provincia: Cádiz
País: España
Coordenadas geográficas: 36.685814 / -6.146405
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: 375


La ciudad de Jerez está situada en una zona de relieve ondulado entre las cuencas de los ríos Guadalete y Guadalquivir, más cercana del primero y de su desembocadura. Aunque existen testimonios materiales de asentamientos rurales en época romana, su existencia como ciudad parece remontarse a comienzos del siglo XII, cuando se consolida como cabecera de distrito dentro de la cora de Siduna, en detrimento de la antigua urbe romana de Asta Regia, situada a escasos 12 km de distancia, que declinó hasta su total desaparición a medida que tomaba impulso la nueva ciudad conocida como Šariš. Capital de un pequeño y efímero reino taifa establecido en 1145 por Abū I-Qamar Ibn 'Azzūn en el declinar del dominio almorávide, al año siguiente quedó sometida al nuevo imperio almohade bajo cuyo dominio alcanzó un notable desarrollo. A este momento cabe atribuir la reforma y ampliación de su recinto amurallado y la construcción de la alcazaba, situada en su extremo meridional. Pasó a manos cristianas en 1264 al ser conquistada por Alfonso X.

El recinto tiene forma romboidal con sus vértices dirigidos aproximadamente hacia los puntos cardinales. La muralla está construida con tapia de hormigón de cal en su práctica totalidad, con torres rectangulares separadas entre 30 y 40 m y con antemuro en todo el perímetro según han puesto en evidencia excavaciones recientes. También parece que contó con foso en algunos puntos del recinto, especialmente ante las puertas. La alcazaba ocupaba un espacio rectangular en el ángulo sur del recinto urbano destinada a albergar al gobernador y la guarnición que controlaba y regía la medina y su territorio. Quedaba separada de esta por la vaguada de un arroyo que genera un desnivel de cierta importancia y que acentúa su posición elevada.

La ciudad tenía cuatro puertas principales ubicadas aproximadamente en el centro de los distintos frentes, con accesos en recodo y barbacanas externas. Todas ellas han desaparecido entre los siglos XIX y XX, peo su localización es posible gracias a excavaciones arqueológicas, algunos restos incrustados en edificios y el testimonio de documentos y de la toponimia. En el frente noroeste se abría la puerta de Santiago, en el noreste la de Sevilla, en el sureste la puerta Real y en el suroeste la de Rota. Otra puerta, llamada de la Ciudad, comunicaba la medina con la alcazaba, que contaba además con otro portillo hacia el exterior conocido como puerta del Campo. Las puertas principales de la ciudad parece que tenían estructuras defensivas en sus proximidades, pero fuera del recinto, de las que hay testimonios documentales y algún resto en las cercanías de la puerta de Sevilla, hoy situadas dentro del convento de Santo Domingo.

En ciertas zonas de la muralla se aprecian al menos dos fases constructivas, sobre todo en las torres, pues se observan sobreelevaciones con macizado de las almenas de la fase inicial. En estos casos se ve que muchas torres originalmente tenían sus terrazas a la misma altura que los adarves de los lienzos contiguos pero que fueron recrecidas añadiéndoles una cámara interior a la que se accede desde dichos adarves. Se puede suponer que estos recrecimientos, lo mismo que el antemuro sean obra almohade y que gran parte de la muralla sea de construcción anterior. También a la fase almohade habría que atribuir las cuatro grandes torres construidas en los vértices del recinto. Destacan especialmente las de los extremos norte y sur por ser de planta octogonal. La norte está completamente incrustada entre edificios y solo se observa la parte superior desde algunos puntos de las calles inmediatas. Como otras torres es maciza hasta el nivel de los adarves de la muralla y tiene una cámara interior abovedad con puertas de salida a los dos caminos de ronda que la acometen. La escalera sube dentro del espesor del muro en torno a la cámara. La otra torre octogonal del vértice sur pertenece a las fortificaciones del alcázar y se separa algo del ángulo de la muralla, aunque no puede realmente ser considerada una torre albarrana. En lugar de cámara interna tiene una gran escalera de caracol que gira en torno a un grueso pilar octogonal de ladrillo.

La torre del vértice este está totalmente oculta entre edificios mientras la del lado occidental se conserva exenta y visible en todos sus lados. Sólo la cortina del frente norte acomete contra ella pues en el frente oeste del recinto la muralla ha desaparecido en casi todo su recorrido. Esta torre es una gran construcción de 8,20 m de frente por 8,50 de saliente, aunque en su lado noreste la unión de la torre con la muralla prolonga su base con un frente mayor. Como las otras torres, es maciza hasta la altura de los adarves y tiene una cámara interior dotada de aspilleras y de la que parte la escalera de subida a la terraza.

El frente norte del recinto es el que conserva más fragmentos de muralla visibles, empezando por un buen tramo a partir de la torre antes descrita y que presenta dos torres más, todo ello dando a la calla del Muro. Un poco más adelante se conserva otro largo tramo, éste sin sus torres y del que se ven sobresalir las almenas por encima del tejado de una serie de almacenes y bodegas que tiene adosados. Más cerca de la torre octogonal del vértice norte hay otro tramo con dos torres en las que se aprecia con claridad la sobreelevación a que fueron sometidas pues se ven las almenas antiguas macizadas para recrecer la torre. En el frente noreste hay visible otra torre, también sobre elevada, con un fragmento de cortina de la muralla dando a la calle Porvera. Otros fragmentos de la muralla se han identificado entre los edificios o en excavaciones realizadas en solares.

El recinto amurallado de Jerez encierra una superficie de 50 Ha con un perímetro de murallas de 2.850 m. De esa superficie, 1 Ha corresponden a la alcazaba cuya muralla tiene un recorrido de 420 m.

 

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Aguilar Moya, Laureano, “Nuevos datos sobre las murallas islámicas de Jerez de la Frontera”. Revista de Historia de Jerez, nº 6 (2000): 99-113.
  • Bejarano Gueimúndez, Diego; Gutiérrez López, José María; Moreno Arana, José Manuel; Reinoso del Río, Mª Cristina y López Jiménez, Jesús, “La puerta de Rota: nueva propuesta de ubicación”, Revista de Historia de Jerez, nº 22 (2019): 79-111.
  • Torremocha Silva, Antonio, "Fortificaciones almohades en la provincia de Cádiz", Valor Piechota, M. (coor.) Los Almohades. Su patrimonio arquitectónico y arqueológico en el sur de al-Andalus, Sevilla: Consejería de Relaciones Institucionales, Junta de Andalucía 2004: 103-122.