Recinto amurallado de Palma del Río

Población: Palma del Río
Provincia: Córdoba
País: España
Coordenadas geográficas: 37.701335 / -5.285161
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: 367


Palma del Río es una población situada a orillas del río Genil, cerca de su desembocadura en el río Guadalquivir. Como otras poblaciones del valle de este último río y de su campiña, esta pequeña población contó con un recinto amurallado de factura muy semejante a los de ciudades como Écija o Marchena, construido con fábrica de tapia y dotado de torres rectangulares de flanqueo y puertas de acceso en recodo ubicadas dentro de torres. El cronista Ibn Sahib al-Sala relata una incursión de las milicias de Ávila, en 1173, sobre la localidad de Balma, que quizás motivara la construcción o renovación de sus defensas. Esta población fue reconquistada por el rey castellano Fernando III en 1241.

El recinto forma una gran curva en su frente oriental, un trazado rectilíneo en el lado norte y un recorrido también recto, aunque con algún quiebro, en el lado suroeste que en sus orígenes debió trascurrir junto al cauce del río, cauce que hoy se sitúa a más de 80 m de distancia.  Esta última parte de la muralla ha sufrido una mayor ruina, sin duda afectada por las crecidas del Genil y solo quedan de ella escasos restos. Sin embargo, en el frente opuesto las defensas se han conservado casi íntegras con 11 torres y sus correspondientes lienzos. Dentro de este recinto, en su zona noroeste, existió una alcazaba de la que aún pueden verse vestigios de las murallas y torres que la separaban del resto de la población, que en todo caso permiten determinar su planta, aunque no se ha conservado ninguna puerta y apenas algún fragmento de la muralla que daba al río, en los que se advierten obras de refuerzo probablemente para evitar el socavamiento que producían sus avenidas. De las cinco torres que se conservan de esta muralla interior, la del ángulo noreste es de mayor tamaño que el resto, aunque apenas alcance hoy una altura de dos metros, y se conoce actualmente como Mesa de San Pedro.

Las torres del frente oriental son rectangulares, con bastante saliente respecto a las cortinas inmediatas, macizas hasta la altura del adarve de estas y con cámara en su parte alta con acceso desde aquél. De estas torres destacan por su mayor tamaño y especial forma las dos que albergan las puertas de acceso al recinto. De ellas, la principal es la conocida como puerta del Sol, situada en el centro de dicho frente, en su punto más oriental. La torre en que se aloja tiene planta prácticamente cuadrada, de 10,15 m de lado, y se sitúa a escasa distancia de la torre inmediata por el norte, que de este modo protege el acceso a la puerta que se abre en esa dirección. La puerta es del tipo de recodo simple, teniendo su arco exterior en el costado de la torre inmediato a la cortina del lado norte. Sobre la puerta se conservan restos de un matacán, seguramente cristiano. Esta puerta exterior está compuesta por dos arcos de herradura, de perfil circular, con alfiz que se remata con una fila de ladrillos puestos a cartabón. Entre ambos arcos hay una bóveda que cubre el espacio en el que giraban las hojas de cierre que cuando estaban abiertas quedaban encajadas y enrasadas con las jambas de cada lado. Adosadas a la cara interior del primer arco se conservan las gorroneras que permitían el giro de las hojas.  Por dichos arcos se entra a un especio interior de planta cuadrada de 5,75 m de lado, hoy cubierto con una bóveda de ojivas con los plementos agallonados y con escudo de armas en la clave, obra sin duda cristiana, posiblemente del s. XV o posterior. No es posible saber si este espacio interior fue en su origen sala o patio, pues el espesor de los muros de la torre, de más de dos metros, permitía que hubiera habido adarve con peto a ambos lados y poder ofender desde este a quienes hubieran traspasado la primera puerta. Este espacio interior de la torre comunica con el interior del recinto urbano por otra puerta situada en su lado oeste que sería de forma y disposición semejante a la ya descrita. De ella sólo se conserva la parte superior de los arcos y su bóveda intermedia, ya que sus jambas desaparecieron al abrirse un paso directo desde el frente oriental de la torre al que se dio mayor anchura para permitir el paso de carruajes. Las gorroneras de esta segunda puerta están colocadas a la manera cristiana de modo que la puerta se cerraba desde el interior de la ciudad y no desde el interior de la torre-puerta como suele ser habitual en obras musulmanas, lo que hace pensar que pudo cambiarse su ubicación en una reforma posterior.  

La torre-puerta se transformó también con un cuerpo añadido por el frente interior que da a la población, y con la apertura de un gran balcón con decoración plateresca dispuesto en la planta alta del frente oriental, al quedar incluidos sus espacios superiores como parte del inmediato palacio de los Portocarrero.

La otra puerta del recinto urbano se sitúa en su extremo norte, también alojada dentro de una torre, en este caso de forma poligonal. Es también del tipo de recodo simple presentando su acceso exterior en la cara que mira al este más próxima a la cortina adyacente de la muralla. La torre tiene una planta un tanto anómala, con seis caras dando al exterior del recinto y una única hacia el interior, y presentando ángulo en el punto más saliente. Se podría decir que cuatro de sus caras corresponden a un octógono, aunque luego hay otras dos que inciden normalmente contra las cortinas. Por el interior del recinto, la torre se alinea con el lienzo de muralla que va hacia el este. La puerta externa actual es de medio punto con alfiz y aristas achaflanadas en jambas y arco, todo ello muy retocado por restauraciones. Sobre ella hay un matacán al nivel de la terraza.

El interior de la torre ha quedado toralmente transformado al ubicarse en su interior una ermita cuyas paredes, pilastras, cornisas y cúpula impiden ver cómo era originalmente este espacio. Hacia el interior de la población hay un arco apuntado sin impostas ni prolongación de herradura y de luz mucho mayor que la de la puerta antes descrita. Esto hace pensar que la torre estuvo abierta por este lado sin tener hojas de carpintería para su cierre. En la jamba oriental de esta abertura hay una pequeña puerta que da acceso a una escalera por la que se sube a una estancia alta en la que quizás hubo un hueco a modo de buhedera, hoy cegado por la linterna de la cúpula de la ermita. Desde este espacio, otra escalera conduce a la terraza que dispone de peto con merlones de gran tamaño que dejan huecos abocinados en las esquinas, a modo de troneras para artillería pirobalística. Todas estas características hacen pensar que esta torre-puerta sea obra cristiana o fruto de la profunda transformación de una estructura anterior que es difícil de identificar.

El recinto urbano ocupa un área de 3,35 Ha y tiene un perímetro de murallas de 800 m. De esa superficie, 0,47 hectáreas corresponden a la alcazaba que tiene un perímetro de 280 m.

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Nieto Medina, Rafael, "Las puertas del recinto amurallado de Palma del Río (Córdoba). Dos ejemplos de arquitectura defensiva almohade", Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, 4 (2003).