Población: Marrakech
Provincia: Marrakech
País: Marruecos
Coordenadas Geográficas: 31.629511 / -7.999273
Tipología: arquitectura militar
Algunas fuentes escritas precisan que la ciudad de Marrakech no fue amurallada hasta 1126, gracias al consejo del cadí cordobés Abū al-Walīd ibn Rušd, pues hasta entonces parece que solo la sede del poder, el Qaṣr al-Ḥaŷar, estaba protegido con su propia muralla torreada. Así, el trazado de la cerca de la ciudad consiste en un gran polígono irregular cuyo perímetro podría permanecer hasta el día de hoy y se podría leer aproximadamente si obviásemos tres recintos cercados que fueron agregados posteriormente (la Qaṣba almohade al sur, la judería saʻdí y el arrabal septentrional de Sīdī Abu al-‘Abbās, que fue amurallado en época alauí). En cuanto a su forma irregular, fue explicada por Deverdun como consecuencia de una tardía construcción y la adaptación a edificios y recintos ya existentes (cementerios o huertos). A ello se deberían añadir otros condicionantes geográficos como el cauce del río Issil que discurre junto al frente oriental y que, seguramente, ha determinado su trazado más quebradizo. A excepción de esto, la muralla cuenta con largos tramos totalmente rectos que contrastan con el resto, aspecto que fue interpretado por Deverdun y Wilbaux como resultado de dos fases de construcción: una primera compuesta por dos cuadrados ensamblados que rodean el Qaṣr al-Ḥaŷar y la mezquita aljama y, otra segunda, que correspondería con los demás lienzos.
Las murallas de Marrakech nunca han sido analizadas arqueológicamente y aunque consideremos que hayan podido mantener el mismo trazado que en su origen, es innegable que pueden albergar una gran cantidad de intervenciones y reformas. De hecho, una de sus consolidaciones más importantes tuvo que acaecer con gran probabilidad a la llegada de los almohades. La entrada de esta dinastía en Marrakech vino de la mano de ‘Abd al-Mu’min y fue especialmente violenta, soportando un prolongado asedio que no concluyó de manera efectiva hasta 1147. A juzgar por los testimonios que nos han llegado, la victoria llegó acompañada de graves daños y seguidamente se llevó a cabo un proceso de “purificación” que consistió en el abandono o destrucción de las mezquitas existentes.
La mayor parte de esta fortificación está construida con obra de tapia y presenta torres de planta cuadrada.
La medina de Marrakech cuenta con una superficie de 650 hectáreas aproximadamente, lo que la convierte en una urbe de dimensión descomunal para la época, y se tiene noticia de que la ciudad almorávide contó con al menos doce puertas. Sin embargo, su evolución en época almohade es un tema muy espinoso, ya que algunas han sido históricamente renombradas y no siempre se trata de nuevos accesos. Entre las puertas que pudieron existir en época almohade se cuentan las siguientes: Bāb al-Majzan, Bāb al-‘Arā’is (Bāb al-Raḥā’ o Bāb al-Rajā), Bāb Dukkāla, Bāb Muṣūfa, Bāb Tagzūt, Bāb al-Jamīs (antigua Bāb Fās), Bāb al-Dabbāgīn, Bāb Aylān, Bāb Agmāt, Bāb Yintān, Bāb al-Ṣāliḥa, Bāb al-Šarī‘a y Bāb al-Rubb. De todas ellas se conoce con seguridad la ubicación de diez gracias a su permanencia, a los restos conservados o las indicaciones de las fuentes escritas y la toponimia. Asimismo, en algunos casos algunas de las puertas pudieron ser remodeladas o reubicadas, como por ejemplo Bāb al-Dabbāgīn, Bāb Dukkāla, Bāb al-Jamīs y Bāb al-Rubb.
Iñigo Almela